FACTORES ESTRESANTES Y SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA (SIDA)

La causa del sida se asocia al retrovirus denominado virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), Desde el punto de vista biológico, se corresponde con un deterioro de la inmunidad celular que parece reflejarse en un descenso de los linfocitos T colaboradores/supresores. Las personas con sida suelen tener el doble de linfocitos T supresores que de linfocitos T colaboradores, mientras que en una función inmune normal, la proporción está invertida. 


También en personas con VIH se produce una menor actividad de las células NK y de los macrófagos.



El sida es una combinación compleja de diferentes enfermedades y síntomas como fiebre persistente o sudoración nocturna, fatiga, pérdida de peso y diarreas prolongadas. Igualmente el deterioro progresivo de la función inmunitaria se manifiesta con la aparición de neoplasias (sarcoma de Kaposi) o de infecciones oportunistas (neumonía, tuberculosis). 



Los factores estresantes pueden reactivar la seropositividad incrementando la posibilidad de ocurrencia del sida al originar una reducción de las defensas inmunológicas, por lo que las personas seropositivas tienen que fomentar competencias que incrementen su inmunocompetencia y evitar las que faciliten la inmunodepresión.


Un incremento en la vulnerabilidad del organismo en individuos seropositivos puede desempeñar un papel importante, e incluso decisivo, en la transición de un estado latente del virus a una manifestación clara de la enfermedad. En consecuencia, los estresores psicosociales y las variables emocionales negativas, en combinación con estímulos patógenos pueden estar en la causa del desarrollo de la enfermedad





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